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martes, 13 de enero de 2015

Introducción




Me resulta relativamente fácil compartir mi historia con los lectores, aunque si pudiera cambiar lo ocurrido, lo cambiaría de inmediato, si eso dependiese de mi..

No es fácil para una niña pequeña enfrentarse a las situaciones que yo tuve que afrontar, ni mucho menos, tener las fuerzas necesarias para contarlo abiértamente aún tantos años después.

Mi intención, es ir escribiendo mi historia poco a poco, conforme los recuerdos me vengan y mi tiempo me permita. He decidido hacer un resumen del principio de todo, para que de ese modo, ustedes puedan sentirse cómodos entre mis líneas, y les pueda ayudar a comprender la complejidad de mi vida.



       Crecí en el seno de una familia de clase media, no teniamos ningún tipo de carencia económica, mis padres eran personas trabajadoras: mi padre tenía un negocio propio en el que le iba muy bien haciendo lo que mas le gustaba, aunque eso conllevara pasar muy poco tiempo en casa. Mi madre trabajaba en una fábrica en la misma calle de mi casa desde bien jovencita.

 Tengo una hermana mayor, yo fuí fruto de una ilusión once años después de que ella naciera. Ella se dedicaba a estudiar, y a pasar sus ratos libres bailando y patinando. Dado que mis padres estaban poco en casa, y mi hermana siempre estaba ocupada, la persona que más se ocupaba de mi era mi abuelo, el cual se encargaba de despertarme por las mañanas, llevarme al colegio, recogerme al medio día, darme de comer, y volver a llevarme por la tarde. Era una persona muy especial para mi, digo era, porque desgraciadamente ya no está conmigo, pero de eso ya hablaré mas adelante.

Recuerdo que mi madre tenia comportamientos muy extraños, era de lo mas extrovertida ante los extraños, o ante los familiares o amigos que venían a casa, simplemente se convertia en otra persona, haciéndoles ver que era una madre de lo mas protectora, que nos daba la mejor de las educaciones, y que nos quería más que a nada. Pero cuando estábamos a solas no era así. Como he dicho anteriormente, mi padre pasaba mucho tiempo fuera de casa, así que apenas tenía constancia de sus comportamientos conmigo. 

Cada vez que ella tenía que cuidar de mi, le pasaba la responsabilidad a mi hermana, obligándola icluso, a que me llevara a sus salidas con sus amigos y su novio, para de esa forma, ella tener la máxima de las intimidades, sin una niña de por medio que le estorbase.

Cuando yo tenía seis años, mis padres tuvieron una fuerte discusión a la cual mi entendimiento en aquella edad escapaba. Solo recuerdo que vi a mi padre recoger sus calcetines, y marcharse. Se separaron, él se fué a vivir a casa de mi abuela hasta que ahorrara dinero para irse a un piso, y yo me quedé con mi madre y mi hermana, la cual se marchó dias después, en cuanto cumplió la mayoría de edad, dejándome sola con mi madre. 

Fué mi abuelo quién se hizo cargo de mi, dado que mi madre se fué del trabajo, solo pensaba en emborracharse y salir de fiesta, a conocer hombres que más tarde me metería en casa , y a mi en las suyas, y con los que me obligaría a tener unas conversaciones  que aún hoy en día cuando lo pienso me resultan repugnantes. Mi padre luchaba por mi en los juzgados, obviamente, el era conocedor de la dependencia de mi madre por el alcohol y del carácter que ello le generaba, sabía que yo no estaba segura con ella, pero yo era victima de unos chantajes emocionales muy fuertes, de mucho maltrato psíquico y físico, con los que me obligaba a decir lo peor de el en los juicios, a los que comencé a ir a los siete años, y no dejaría de ir hasta mucho tiempo después.

Tenía miedo, mucho miedo, de hecho, aún lo tengo. No fuí tratada ni educada como una niña, tuve que ver y oir cosas que me harían crecer antes de lo debido, a descuidar mi infancia, a crecer con impotencia, a sentir desde niña, que ya no me quedaban lágrimas que llorar, a llorar en silencio, por miedo a recibir más golpes. A no comer a penas, a soportar el buying del que siempre fuí víctima en el colegio, no tenía amigos, ni apoyo de ningún tipo, por que cuando tienes tanto miedo, no confías en nadie, solo piensas en esconderte debajo de la cama y que todo termine, que todo fuera un sueño del que tenía que despertar...

Pero desgraciadamente eso no fué así, era algo muy real, algo que a día de hoy me sigue haciendo daño, que no he superado, y que no ha cambiado.

En la proxima entrada continuaré hablando de todo esto, y proseguirá la historia. La cual es muy larga de escribir..



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1 comentario:

  1. Leo tu historia y guarda tanta similitud con la mía, pareciera que describes a mi padre. Él también me hizo mentir en los juzgados, me humilló mucho, no había día que yo no llorara...
    Es muy difícil superar todo esto, porque por mas que un quiera ser un ser sociable, no encuentra la forma de hacerlo... vive una un tanto avergonzada. Yo me reclui en los estudios, estudie y sigo estudiando, me cultivo.

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